Paleta:
Conservar en un lugar fresco y seco, preferiblemente en un jamonero o colgado y lejos de la luz directa.
Se deben evitar cambios bruscos de temperatura, por lo que una bodega o trastero podrían ser lugares perfectos para su correcta conservación.
Cuando reciba el producto, libere la pieza de cualquier tipo de envoltorio que le acompañe para que así pueda respirar.
Una vez abierta, proteja su corte con un paño limpio que no suelte pelusa.
Lomo:
Conservar en el frigorífico a una temperatura de entre 0ºC y 8ºC.
Cuando quiera comenzar a disfrutarlo, sáquelo del frigorífico, corte lo que desee consumir y tire la bolsa de plástico.
Posteriormente, si desea consumirlo de forma pausada, para que la pieza no se seque en exceso, guarde el trozo restante en el frigorífico envuelto en film transparente y deje que lo cortado gane temperatura durante 1 o 2 horas antes de su consumo.
Si por el contrario va a consumirlo en poco tiempo o prefiere que el producto cure más, déjelo tapado con un paño en un lugar fresco y seco.